Te oigo sonreír
y los latidos, vibrando,
me anuncian el primer milagro del día.
Te quiero y no, no importa si no te entiendo,
nunca sobran ni tus pausas ni tu voz...
Aunque parezca que no llevamos encima la prisa.
Te oigo y lo noto... sé que me amas
y con el silencio como canción
me regalas la primera verdad de la noche.
Joaquín Lourido D.R.A.
Uy que romantico poema. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias Judit por comentar. Un beso o dos.
EliminarTodo el poema es bello, pero los últimos tres versos me lo parecen de manera especial. Son un poema por sí mismos.
ResponderEliminarBicos
Gracias Alis por apreciarlo de esta manera.
EliminarApertas e bicos.
Qué bonitos versos, Quino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Chema por comentar y saber estar.
EliminarAbrazos y feliz día.