Capítulo 5
- ¡¡Oh, Dios !! y
por qué ahora? Estoy muy enamorada de Lázaro. Deseo estar con él toda la vida
en la Tierra y me pides que crea en ti -así como así- dejar todo y gobernar una
galaxia que ni siquiera conozco.
- Hermana, lo
siento. Intentamos resistir, que tu vida fuera terrenal que conocieras todo lo
que nosotros no vimos. Somos amigos de los terrestres. Y si Lázaro está de
acuerdo, puede venir con nosotros. Ya que después de hacer el amor con él se ha
convertido en un sirius más.
Lázaro cuando
escucha toda esta conversación queda estupefacto. No daba crédito a lo que oía.
Trata de irse. Cómo iba a compartir amor con una extraterrestre. ¿Cómo iba a
ser su vida?. Todo un enigma se encerraba y su cerebro barrenaba como nunca lo
había hecho. Antía al ver que se alejaba, le llama:
- Lázaro, todo es
muy extraño, insólito. Pero si en realidad me amas… No me dejes sola. No sabría
vivir sin ti. Ven toma mi mano, rocemos los cuencos, abracemos nuestros cuerpos
y que sea lo Dios quiera. Al fin y al cabo. Soy como tú. Vivo como humana,
tengo sangre caliente, respiro como tú, y uno sin el otro no somos nada… Lázaro
y es que mi alma se acongoja y le faltará esa luz intensa que brillan de tus
ojos.
Mientras Antía y
Lázaro seguían hablando no se percataban de que Jonatan estaba herido y que se
desangraba. Las dos almas gemelas se
besaron como nunca lo había hecho. El intercambio de fluidos era cada vez más
enardecedor… Eran un solo árbol con
ramas verdes, tallo genuino y parecía que ya la flor se asomaba como los
capullos se abren, cada mañana al alba con el dios Febo como compañero.
Antía y Jonatan deciden que deben volver a su galaxia. Pero Lázaro desconfía de Jonatan, Y simplemente le pregunta:
- ¿Puedo ir con
vosotros?
- Si eres capaza
de luchar, por supuesto.
- Creo que sí,
Jonatan.
- Pues no
esperemos más.
Cuando inician el
despegue en uno de sus reactores. Lázaro llamó a Antía mientras Jonatan
conducía hacia la galaxia. Y le murmura que cree que no es su hermano. Que le
parece que está suplantando a otro.
Entonces Antía se acercó a Jonatan y le hizo una simple pregunta:
- ¿Si tenemos que
combatir, con qué tipo de arma lo hacemos?
- No te
preocupes, hermana. Ya lo sabes con una cimitarra…
Antía,
no sale de su asombro y se da cuenta que en su tatuaje no había tal arma, sino
una lanza. Estaba segura que no era Jonatan. ¿Pero cómo podía probarlo?
No se puede dejar en el camino a quien quiere seguir una ruta compartida.
ResponderEliminarMuy interesante. Un abrazo
Es evidente que no. Más aún no terminó la obra en si, Albada.
EliminarGracias por tus palabras y un fuerte abrazo de cara a semana santa.
He leído capítulos anteriores y una historia normal entre enamorados, poco a poco la has convertido en una serie de ciencia ficción, Joaquín...Nuestro mundo está en constante cambio y la realidad supera la ficción, todo puede ser en cualquier momento. Por tanto, tu relato no me extraña nada. Admiro tu capacidad creativa y espero que estés disfrutando de ello, como nosotros.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz Semana Santa, Joaquín.
Totalmente de acuerdo que hay realidades que superan a la ficción. Todo es cuestión del momento en inspiración y esencia de las letras, amiga. Gracias por apreciarlo de esta manera.
EliminarAbrazos en familia y que pases también un estupenda Semana Santa, Ma. Jesús.
Beautiful blog
ResponderEliminarThanks for your view. Greetings and happy day.
EliminarSe está volviendo muy interesante. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Teresa por tu presencia y comentario.
EliminarBesos y feliz semana.