Cuando las mujeres eran sacerdotes

 


Vídeo editado y narrado por Quino


Durante los últimos años han aparecido documentos y declaraciones de teólogos y teólogas, grupos de sacerdotes y religiosas, movimientos cristianos y organizaciones cívico sociales en incluso de obispos y cardenales de la Iglesia Católica, pidiendo el acceso de las mujeres al sacerdocio. Dado que todos ellos consideran la exclusión femenina del ministerio sacerdotal como una discriminación de género que es contraria a la actitud inclusiva de Jesús de Nazaret y del cristianismo primitivo, va en dirección opuesta a los movimientos de emancipación de la mujer y a las tendencias igualatorias en la sociedad de la política, la vida doméstica y la actividad laboral.

El alto magisterio eclesiástico responde de manera muy negativa a esa reivindicación apoyándose en dos argumentos: uno teológico-bíblico y otro histórico que pueden resumirse así: Cristo no llamo a ninguna mujer a formar parte del grupo de los apóstoles y la tradición de la Iglesia ha sido fiel a esta exclusión no ordenando sacerdotes a lo largo de los  siglos y 21 años de la historia del catolicismo de conferir solo a los varones el triple poder sacerdotal de enseñar, santificar y gobernar por la semejanza de sexo con Cristo. Esto se viene representado desde hace siglos sin variaciones en la Declaración de la Congragación de la Fe Inter insigniores ( 15 de octubre de 1976) y dos cartas apostólicas de Juan Pablo II Mulieris dignitatem  (15 de agosto de 1978) y Ordinatio Sacerdotalis sobre la ordenación sacerdotal reservada solo para hombres (22 de mayo de 1984). Quizás la más contundentes es esta última que dice: Declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno facultad de conferir la ordenación sacerdotal de mujeres y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la iglesia”.
Es verdad que la historia no es pródiga en narrar casos de mujeres sacerdotes. Esto no debe de extrañar ya que han sido escritas por varones en su mayoría, clérigos y su tendencia ha sido ocultar el protagonismo de las mujeres en la historia del cristianismo. “Si las mujeres hubieran escrito los libros, estoy seguro que que lo harían de otra manera, porque ellas saben que de lo que se les acusa es falso. De hecho Cristina de Pisan autora de la Ciudad de las Damas (1404), Mujeres en el altar de Lavinia Byrne, religiosa expulsada de su congragación por publicar este libro o lo mismo que le sucedió a Karen Jo Tojesen “cuando las mujeres eran sacerdotes” catedrática de estudios sobre la Mujer y la religión en Clermont Graduate School  y los trabajos del historiador Giorgio Otranto, director del Instituto de Estudios Clásicos y Cristianos de la Universidad de Bari. En ellos se demuestra mediante inscripciones en tumbas y mosaicos, cartas pontificas y otros textos que las mujeres ejercieron el sacerdocio católico durante los 13 primeros siglos de la historia de la Iglesia. De hecho lo demuestran con el arco de una basílica romana en donde aparece un fresco con 4 mujers. 2 de ellas son las Santas Práxedes y Prudencia a quienes está dedicada la Iglesia. Otra es María madre de Jesús de Nazaret y Theodora en donde hay una inscripción que dice: Theodora Episcopa  = obispa. La “a” de Teheodora está raspada en el mosaico, no así la “a” de Episcopa. Luego en el siglo pasado se descubrió una tumba de Tropea (Calabria meridional) que data de mediados del siglo V consagrada a buena fama de Leta Presbytera que vivió 40 años 8 meses y 9 días y su esposo le erigió este sepulcro en pro de la misma. La precedió en paz la víspera de los Idus de marzo. Luego otras inscripciones de los siglos VI y VII atestiguan igualmente la existencia de mujeres sacerdotes en Salone (Dalmacia) e Hipona. De hecho en un tratado sobre la virtud de la virginidad del siglo IV, atribuidos a San Atanasio se afirma que las mujeres consagradas pueden celebrar juntas la fracción del pan sin la presencia de un sacerdote varón. “Las antas vírgenes pueden bendecir el pan 3 veces con la señal de la cruz, pronunciar la acción de gracias y orar. Pues el reino de los cielos ni es masculino ni femenino.  Todas esta mujeres alcanzaron la categoría de varones y fueron recibidas por el Señor como queda demostrado: “De virginitate PG 25, col. 263”
En una carta del Papa Gelasio I (492*496) dirigida a los obispos del sur de Italia en el año 494 les dice que se ha enterado, muy a pesar suyo, de que los asuntos de la iglesia han llegado a un estado tan bajo que anima a las mujeres a oficiar en los sagrados altares y a participar en todas las actividades del sexo masculino que ellas no pertenecen, Los propios obispos de esa religión italiana habían concedido sacramento del orden a mujeres y estas ejercían las funciones sacerdotales con toda normalidad.
Un sacerdote llamado Ambrosio pregunta a Atón, obispo de Vercelli que vivió en los siglos IX y X y era buen conocedor de las disposiciones conciliares antiguas que sentido había que dar a los términos de presbytera y diaconisa que aparecían en los canones antiguos. Atón le responde que las mujeres también recibían los ministerios ad ajumentum vrorum y cita la carta de San Pablo a los Romanos donde puede leerse: Os recomiendo a Febe, nuestra hermana y diaconisa a la iglesia de Cencreas”. Fue  el concilio de Laodicea celebrado durante la segunda mita del siglo IV en contestación al obispo Atón que prohibiría todo ordenación sacerdotal de mujeres y dejan el término de presbytera ya que se podía reconocer como esposa de un presbítero y de esta manera se formula que están en contra de conceder a las mujeres el culto del que se hablaba. Así Honorio III, 1216-1227 envía una carta a los obispos de Burgos y Valencia en las que le pide que prohíben hablar a las abadesas desde el púlpito, práctica que por aquel entonces desarrollaban. “Las mujeres no deben de hablar porque sus labios llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre”.
Estos y otros muchos testimonios que podrían aportar son rechazados por el magisterio papal y episcopal y por la teología alegando que carecen de rigor científico. Pero… ¿quién es la teología y quiénes son el Papa, los cardenales y los obispos para juzgar el valor de las investigaciones históricas? La verdadera razón de su rechazo son los planteamientos patriarcales en que están instalados. El reconocimiento a la autenticidad  e esos testimonios le llevaría a revisar sus concepciones androcéntricas y a abandonar sus prácticas misóginas. Y a eso no parecen estar dispuestos. Prefieren ejercer el poder de manera autoritaria y en solitario encerrados en la torre de su patriarquía a ejercerlo democráticamente y compartirlo con las mujeres creyentes que hoy día son mayoría aplastante en la Iglesia Católica y sin embargo carecen de presencia en sus órganos directivos y se ven condenadas a la invisibilidad y al silencio.



Joaquín Lourido 2022
Derechos Reservados

Comentarios

  1. En algunas religiones hay sacerdotisas, en la catolica es mas complicado porque las tareas de un sacerdote no son como las de otras religiones. Pero mujeres hay, hubo una la papisa que mandó más que el propio Papa, la Madre Pascalina y antes hubo una inventada o no, la papisa Juana. Un abrazo

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    1. Es verdad. Pero el mero hecho de que las hubiera no quiere decir que ahora puedan serlo, Ester. Gracias por tus palabras y feliz semana.

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  2. Muy interesante tu entrada, creo que si en el catolicismos ahora no hay mujeres lo deberían de mirar un poco .Un abrazo.

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    1. No las hay a nivel de sacerdotes, pero en cuanto en ir a misa superáis en un 70/30 a los hombres. Un fuerte abrazo y feliz semana.

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  3. Es algo que no me atrae, aunque reconozco que ataca de lleno con la igualdad de género

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    1. Gracias Tracy. No todo es esencia para todos. Gracias por ello igualmente.
      Abrazos y feliz semana.

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  4. Es todo un tema. He estudiado en un colegio de monjas y sé que la Madre superiora, así la llamaban, mandaba más que el propio cura en la iglesia. Pero bueno, no creo tener autoridad para opinar si está bien o no porque desconozco el régimen interno del claustro. De cualquier manera, interesante lo que publicas. Algo más para aprender. Saludos

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    1. Hola Malania,
      La verdad que siempre está bien conocer muchas cosas y entre ellas esta.
      Gracias por tu presencia y opinar. Saludos y buenas noches.

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  5. Muy interesante tu artículo.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Chema por tus palabras.
      Un abrazo y feliz semana.

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  6. I was raised in the Lutheran religion and quite a few women in that religion chose to gecome pastors. I hope you have a wonderful weekend, Hugs,

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    1. Thank you Rasma for knowing how to be and giving your opinion as you always do. A warm hug and happy week.

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  7. Muy interesante lo que nos cuentas. Besos.

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  8. ¡Hola!
    Mira que la semana pasada vi una noticia que en Suecia hay más mujeres sacerdotisas que hombres. A mi modo de ver, no me preocuparía por el género, sino que cumplan con las promesas el día de su ordenación. Muy interesante el artículo, y reflexivo a la vez.
    Un saludo

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    1. No digo lo contrario, pero no son en la religión católica (quizás debería mencionar eso). No obstante tu apunte es muy bueno. Ojalá la mayoría de las personas estuvieran informadas como tú. Gracias por todo Yessy.
      Saludos y feliz semana.

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  9. Excelente exposicion, amigo. Yo suscribo cada palabra, estoy de acuerdo con vos
    en todo este pensamiento. (Asi son los hombres, todo para ellos solitos jaja)
    Besos ultramarinos

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