24 horas de leyenda (Capítulo I)

 

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Lilith se fijaba a cada lado lo que veía, ya que la mayor parte de veces siempre iba en su coche descapotable pero que no le permitía observar de cerca lo que era salir de su casa rural a una pequeña ciudad que sólo estaba a unos 5 kms. Como llevaba caminaba en una noche agradable y despejada, sentía que la brisa le refrescaba ya que iba vestida de gala a una fiesta que había quedado con unas amigas. No llevaba móvil ya que deseaba disfrutar de esa noche que parecía a su medida. A medida que caminaba zapatos de aguja y altos y hacía mucha calor, decidió ir descalza y caminar más cómodamente. Ella siguió caminando y empezó a recordar como de niña había realizado aquella ruta con sus padres muchas veces. Jardines a la derecha, encinas a la izquierda y como se subía a los árboles con su amigo Lázaro. La verdad es que habían pasados tantos años que ni siquiera sabía donde estaba o donde vivía su amigo de infancia. En esto que de repente un coche de marca se le acerca y le pregunta:

- Hola, perdona por aquí voy bien a Finisterrae?

- Si, lo tienes como a 7 Kms.

- Y qué hace una chica tan guapa como tú caminando sola a estas horas?

- La verdad, no voy a ningún sitio en concreto. Voy caminando ya que hace tiempo que no lo hago.

- Ah, estupendo si vas a la ciudad, puedo llevarte.

- Sinceramente, perdona pero si decidí caminar prefiero ir así y apreciar lo que muchas veces no veo de cerca.

El chico tampoco insistió más y siguió su ruta. Mientras Lilith parecía una adolescente caminando en medio de la jungla. Al asomarse a unos abetos pudo apreciar que había como una luz celeste y que destellaba colores como si fueran del arco iris. Era como entrar en un mundo fantástico. Esa luz era una farola de una casa y que a ella le llamó poderosamente la atención. Llamó a la puerta y salió un apuesto caballero a ver quien llamaba.

- Hola, buenas noches. Tengo pasado por aquí muchas veces y nunca me había fijado que hubiera aquí una casa tan bella.

El caballero le contesta: La verdad es que entre los árboles y que no tiene mucho alumbrado, no se ve mucho.

- Podría tomar un poco de agua?

- Si, sin ningún problema. Cómo la quieres natural o fría?

- Natural si es posible.

- Anda, siéntate en ese sofá mientras relleno una botella y te la sirvo. Lilith quedó asombrada de aquella casa. Pensaba para si misma: Esta es una casa perfecta para vivir sin ruidos y está muy cerca de la ciudad. En una mesita de cristal había revistas, periódicos, adornos y cosas originales. Ella mientras tanto, cogió una y al pasar unas cuantas hojas pudo apreciar que aparecía la fotografía del caballero que le servía el agua y cuando ya llevaba leyendo unas líneas pudo ver que el dichoso caballero se llamaba Lázaro…

to be continued

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