El Cosmos, Lucía y Lorenzo

 

Te mimetizas con el entorno,
eres fuerte brisa

que arrastra mis cabellos,
arena intrépida

que corroe mis entrañas;
fuego y pasión

deambulando por la playa,
olas de sal vaporosas

curando mis heridas.

Lucía

De tristes y alegres momentos
está realizado el mundo terrenal;
mira tu corazón, siente tu alma;
sigue la luz violeta del cosmos
y conocerás la paz

y tranquilidad
para restañar tus heridas.

Lorenzo

La luz violeta del cosmos
transmuta mis sentimientos…
Ya no siento más dolor
ni tampoco soledad,
ahora todo es alegría;
podría volar como el cóndor
y buscar en el más allá.
Aunque sé

-que tú acá, estás-.

Lucía

Si fuera así la dicha...
no lo dirías con tanta facilidad.
Hay cuerpos que no se sienten

abrazados, fusionados, mágicos

cuando son besados.
No importa por donde empieces;
recorre cada isla, cima y valle
y cuando encuentres esa esencia,
Te diré:
Ven acá doncella mía
¡¡¡ Hoy vamos a ver la vía láctea !!!

Lorenzo

Y yo… mi rey iré

sin pensarlo
ya que mi cuerpo arde

en llamas del deseo.
Siento tus mágicos besos
recorriendo mis secretos;
y mi piel arde vehemente
pensando en tal momento.
Y cuando el alba ilumina
será nuestro

arco iris y el rocío

de un nuevo camino.

Lucía

Oh, bella aurora !!!
en el desatino, en el fuego,
en la pasión, en lo sublime
la puerta es un abanico
abierta a vos, como mica,

topacio, cuarzo, diamante,
como si fuera oxígeno
te abrazo fogosamente.

Lorenzo

Extiende tus brazos

y ámame mi rey

que a ti me entrego

como pimpollo en flor
deseando las gotas
que tu rocío dejen en mí.
Soy toda tuya para vivir
como el delirio

que el sol eclipsa
para dejarnos derretidos.

Lucía

Si en ese amar

no hay medidas ni fronteras

al escuchar una balada o un poema

como los ecos de un timbal

así me encontrarás, dulce doncella…

Sólo escucha al compás

de unas notas, la melodía adecuada;

bien sea en violín o en piano.

-mientras una redonda son dos blancas-

al final podrás levitar

como tú bien deseas.

Lorenzo

Al escuchar una balada
en cuerdas de un violín
mi alma vuela

y me entrego directa

al dueño de mis sueños.
Nos unimos en un fa universal
y juntos giramos, bailando
en las nubes mientras suena
la trova y así seguimos
hasta que el mundo calla…
Y ya sólo quedamos,

el violín, la armonía,

tú  y  yo .

Lucía

Quino©
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de texto e imagen.