Piano de deseo

Lámpara de caoba,

al amparo del fuego,

que impregna nuestros cuerpos;

abriendo veda a primigenios instintos,

incrementando conquistas,

presos de turbulencias.

Roce de rosa húmeda,

resbala por los relieves,

mi cuerpo el piano… que serenatas

arrancan tus cautivos dedos,

pertinaz zozobra que entretejes

con tus bulliciosos labios.

Te unes a mi cuerpo,

vendaval y fuego,

sincopada premura,

emerges como fruto del deseo.

Fenece la cordura,

sólo denso… el anhelo crepita;

tú enzarzas mis plegarias,

juegas y me quemas.

Te vas y regresas 
en simbiosis de entrega,

arrecia el presagio…

… sentencias legadas,

el riachuelo arde 
presa de tu océano e invades
la ribera vehemente.

¡¡ preciado manjar!!

Golpe de efecto…

Siluetas abrazadas

danzan en la oscuridad

entre crepúsculos y acordes
la bruma se disipa.

Ceniza que dormita,

rocío al alba...

 

Quino © 
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