No siendo más que una fiera
en ocasiones falto de juicio
como sello de naturaleza animal
sin embargo me quieres y amas.
Lo manifiestas en cada visita a mi
morada,
y me recuerdas cada día al alba
lo impetuoso, lo insensato
que al anochecer, soy...
¡¡No lo puedo evitar!!
Siento percutir tu lengua
en la comisura de mi boca,
invitas mis labios a entreabrirse
y cuando se sumergen...,
mis instintos se avivan.
Tus garras aniquilan mi piel…
tus colmillos retan mis hombros,
a mordiscos asedias mi cuello,
y mar adentro sin dolor lo mudas
en lagos de sensualidad.
Juegas tu lengua conmigo,
y con embestidas de bestia, blasfemas
-cautivadora alimaña-,
a sabiendas de que me excitas aún más,
incitas lozanía y lujuria ,
colmas mi boca,
_alquimia devastadora_
Joaquín Lourido
Quino © 2020
Derechos Reservados
Imagen de la red.
Encendido poema, Joaquín, como ya anuncia la fotografía. Hay situaciones en que es mejor dejar salir al animal que somos. Situaciones en que sobra la razón, porque el instinto es mucho más sabio.
ResponderEliminarAcalorada me quedé, como si la temperatura aquí ya no fuera lo suficientemente alta
Bicos
El instinto animal o la pasión incontrolada, a veces nos definen como somos en realidad. Como bien dices, tú. Es más sabio.
EliminarEsperemos que el mercurio no haga mucha mella. Graciñas por tu visita y por opinar como bien sabes, Alís. Eres única.
Bicos con chispa.
Siento percutir tu lengua
ResponderEliminaren la comisura de mi boca
Me encantó este verso.
Besos.
Muchas gracias, Laura. Sabes elegir muy bien amiga. Me alegra tu visita y de paso que comentes. Ya paso por tu blog, vale.
EliminarUn beso feroz...