Imagen de la red
Cada vez que un poema quiere brotar
se hace indispensable
romper la simetría
de la nada.
Una profunda ebullición
la energía fluye
rauda, veloz
apabullante
imperfectamente limpia.
Al llegar el momento preciso,
el instante santo
de la angustia creativa...
Surge de la pena
iluminada
confusa,
revuelta,
triunfadora,
plena
de los soles de la especie
de allí despunta agrediendo el espacio
después de traspasar las dimensiones.
El caos,
la revuelta,
un vacío
y desde allí se transgrede la ausencia
con la aparición exacta de una
realidad manifiesta.
Llegando al borde la luz, el brinco,
repentinamente surge el poema
sin adjetivos
sólo verbos
y centellas.
se hace indispensable
romper la simetría
de la nada.
Una profunda ebullición
la energía fluye
rauda, veloz
apabullante
imperfectamente limpia.
Al llegar el momento preciso,
el instante santo
de la angustia creativa...
Surge de la pena
iluminada
confusa,
revuelta,
triunfadora,
plena
de los soles de la especie
de allí despunta agrediendo el espacio
después de traspasar las dimensiones.
El caos,
la revuelta,
un vacío
y desde allí se transgrede la ausencia
con la aparición exacta de una
realidad manifiesta.
Llegando al borde la luz, el brinco,
repentinamente surge el poema
sin adjetivos
sólo verbos
y centellas.
Quino © 2017
Derechos Reservados
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En el fulgor del horizonte estoy naciendo y soy el día que llega para cuidarte. @J. Lourido