Imagen de la red
En las paredes del monasterio,
en la recámara oscura,
escondiendo el misterio,
mosaicos de piedra dura.
Ellos tapizan el muro,
pintados de verdes discretos,
escuchan nuestro murmullo
y perciben nuestros secretos.
Ellos viven con frío,
aún cuando hace calor,
y cuando pasa el estío,
no beben más… sudan color.
Quino © 2017
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En el fulgor del horizonte estoy naciendo y soy el día que llega para cuidarte. @J. Lourido