Imagen de la red
Miras con ojos luminosos mientras hablo,
mis ojos verdes y avellana, deliran.
Tus cabellos son fuego y seda,
y del carmesí de tus labios la noche se altera.
Tu boca acepta razones susurrando sobre la vida...
¿Qué he perdido primero?
- el roce y el candor -
¿o el calor humano sincero?
- Como ves, tus ojos están más cerca -
y mis labios sonríen con infinito humor.
Inocente tu me miras y dichosa la mirada tuya.
Dos remansos me esperan como nubes,
en el alma crepuscular.
Sería pedirte demasiado, amiga
cuando el cuarzo y la turmalina
se funden en predecir
''Que fugaces las estrellas "
Ya que cada día son pocas las veces, amor
que cuerpo y alma con intensidad se iluminan.
Todavía siento en mis labios el calor
de tu fuego interno y alzando nuestros brazos,
gritamos a los cuatro vientos al son del atardecer
¡¡ que no termine esta noche !!
¡¡ que radiante amanecer !!
Que se funda la noche y el día
y tómame siempre, entre acordes y armonía.
Quino ©
Derechos Reservados
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