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Cuando
la brisa salpica
y
el eco
y
el eco
del viento
rompe en olas,
nuestra
alma arrulla
como
esos besos
(que fieles a sus reflejos)
proyectan
el verano en armonía
- solidaria a su meseta-
se impregnan intempestivos,
-cual levadura de adagios y alegretos-
Y como timbales,
encandilan
encandilan
la caverna humedecida.
Quino 2016
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En el fulgor del horizonte estoy naciendo y soy el día que llega para cuidarte. @J. Lourido