No poseo
denominación,
nombre ni
años,
ni cara ni
torso definidos.
¡¡¡Tienes
que elegirlos tú!!!
Plásmalos
en tu razón
y
acarícialos dentro de tu alma.
Declara un
nombre en tu boca,
armoniza
mi edad en lo infinito,
moldea mi
faz con el cincel de tus pupilas,
modela mi
cuerpo con tus dedos.
Y grita mi
nombre indecible,
conjuga mi
edad eterna,
atísbame
con tus ojos llenos de deseo,
configúrame
en las peras excelsas de tu pecho.
Ese nombre es para ti y para mí.
Ese nombre es para ti y para mí.
Si me
llamas por él, no eleves la voz…
… evoca
que se pronuncia
como un
susurro... un suspiro.
Quino ©
Derechos Reservados
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En el fulgor del horizonte estoy naciendo y soy el día que llega para cuidarte. @J. Lourido