El delirio en mi fiebre
por el oasis de tu alma
calmó mi deseo
por el rocío de tu piel,
embriagada
y columpiada
en la comisura
de tus labios,
exploró el despertar
de la candente locura;
de las dispares corazonadas,
de tu ombligo y primavera…
Mis manos vagan
en tu modelada espalda,
y nuestras cuerpos
se entrelazan
como tormenta furiosa,
estremeciendo
el arrebato…
¡¡¡ La sangre cosquillea !!!
Pausada…
Intensa…
Jadeante…
Trabucando nuestros alientos de amor
en nuestra brisa
-de lujuria ardiente-.
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Quino © 2018
Derechos Reservados.
Imagen de la red.
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