Unos mil pensamientos cruzan veloces a través de mi mente y una sensación de soledad recorre mi cuerpo, al ver destruido aquel laborioso trabajo.
En mi distracción, contemplo las ruinas que antaño fueran un templo soberbio y, a pesar de la visión, la belleza del lugar me hace sentir embriagado de mil emociones contradictorias.
Me siento cautivado por el eco del silencio, por un paisaje tantas veces idealizado en sueños, y me siento pequeño ante un prodigio insólito, suspendido entre el espacio y el tiempo.
Cierro los ojos, no pienso, sólo siento la inmensidad del proyecto, un llanto contenido surca mi rostro y un escalofrío de humildad recorre mi cuerpo.
¿Qué fue de esa gente?
¿Qué fue de ese tiempo?
Preguntas sin respuesta que permiten que mi mente siga soñando, imaginando un mundo inexistente, mágico y a la vez cercano.
Y, de repente... despierto.
Letra: Joaquín Lourido
Música: Celtic Whisper
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En el fulgor del horizonte estoy naciendo y soy el día que llega para cuidarte. @J. Lourido