¿Cómo comunicarnos sin decir una palabra?




 Algunas veces me roza la nada

y quedo como vacío de palabras.

Por eso, te propongo:

_Clausuremos nuestros labios_

hablemos con los ojos

y nos pasemos las imágenes

que con los labios ignoramos.


Pero la nada besa mis ojos

y las imágenes se suicidan

van cayendo apiladas al abismo,

aceptando su muerte consumada

desde cuando los hombres

éramos botones de esa flor marchita

y quedo como mirando, orbitando;

los puntos cardinales de lo mismo.


Paredes blancas cuyos golpes 

no hacen daño y una rata

zarpea desde las entrañas.

Propongo que nos cosamos

los párpados hasta la pupila,

y nos hablemos

con el oído hasta el tímpano

sin palabras, siguiendo el rastro

en murmullos inefables

que gritan desde el polvo

sus silencios perforados.


Sin embargo, la nada me abraza al vacío

hasta las alas más pesadas

y caen hasta el suelo los sonidos,

volviendo al lodo...

No hay peor verdad

que la gente que troquela todo;

nadie atiende y muere en el parto.


Propongo, entonces

que enterremos los oídos

a varios metros bajo el polvo

y sigamos en un sólo latido,

presos del amor amado, 

primoroso y único.


Joaquín Lourido D.R.A.

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