Obertura desencadenada

 





Me gusta tomar tu cuerpo 

y tocarlo con mis dedos 

cual, si fuera guitarra 

solfear melodías 

para armar una partitura, mientras busco 

el punto de nuestro sueño.

Como olas de mar 

mis dedos van y vienen

y parpadean como pinceles

en el crepúsculo de tus ojos,

en el bosque de tu sonrisa,

en la obertura de esa melodía

donde se anulan los prejuicios.


Los lamentos se suicidan

y navegamos con amor y sin histeria

la pleamar encendida...

Aquí estamos los dos 

entre espuma y lascivia.

Las olas vienen y van peregrinas...

Los romeros nos saludan 

entre horizonte y cercanía

y es que para caminar se necesitan

blancas y negras como sinfonía.


Joaquín Lourido D.R.A.



oaquín Lourido D.R.A.

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